¿Por qué un vasco tuerto, cojo y manco en combate, que derrotó con tres mil hombres a treinta mil y con seis barcos a doscientos y salvó América entera para España ha tenido que esperar al siglo XXI para sentir cierto reconocimiento?
Blas de Lezo defendió Cartagena de Indias en 1741 contra la mayor flota de desembarco de la Historia antes de Normandía. El puerto caribeño era llave de toda la América española, que pudo caer en manos de la Corona británica aquella primavera. El mando político correspondía al virrey Sebastián de Eslava, celoso de la valía de su subordinado. Veía en él a un buen marino, mas para la defensa en tierra se sentía él más capaz. Sin embargo, en varios momentos tomó decisiones equivocadas contra el consejo de Lezo, a quien tuvo luego que confiarle deshacer los entuertos que él creaba.
Tras un duro asedio entre marzo y mayo, los treinta mil ingleses y sus doscientos barcos se rindieron, diezmados por los tres mil españoles y sus seis buques. Les había vuelto a vencer su bestia negra, un vasco de Pasajes de metro y medio de estatura, y tuerto, cojo y manco por heridas recibidas en anteriores acciones de combate.